Los drones comerciales están conquistando el mercado. La primera barrera, el precio, está desapareciendo gracias al interés de las compañías y de los consumidores.
Las cifras muestran la atracción que hay por las aeronaves no tripuladas: se espera que los envíos de drones a consumidores en todo el mundo superen los 7,3 millones en 2016 y que lleguen a 29 millones en 2021. Estados Unidos es el mayor mercado potencial para aviones no tripulados comerciales, seguido de Europa y China. Paradójicamente, Estados Unidos ha ido históricamente por detrás de Europa en términos de su adopción por el lento avance de sus regulaciones. Europa tenía más de 2.500 operadores de drones comerciales en julio de 2015, frente a los 1.000 de Estados Unidos.
BI Intelligence espera que las ventas de drones alcancen los 12.000 millones en 2021. Eso significa una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) del 7,6%, pasando de los 8.500 millones en 2016.
¿Cuáles son las claves del despegue?
El precio ha sido uno de los factores determinantes. Los drones de juguete de bajo coste están ganando popularidad para usos recreativos. En Estados Unidos, la Asociación de Electrónica de Consumo (CEA) señala que el año pasado se vendieron 700.000 drones, lo que supone un aumento del 63% con respecto al año anterior.
BI Intelligence prevé que los envíos de drones de consumo en todo el mundo superarán los 7,3 millones en 2016, acercándolos a convertirse en un producto de consumo general.
¿Cuáles son las empresas que lideran el mercado?
En 2015, la consultora Frost & Sullivan estimó que DJI, con sede en China, poseía el 70% del mercado de los drones comerciales y de consumo. Sus Phantom son ahora mismo los más populares en el mundo, tanto para fines comerciales como de consumo; son conocidos por su fiabilidad y excelente fotografía y captura de vídeo. Aunque DJI estimaba unos ingresos de más de mil millones en de dólares para el año pasado, varios jugadores más pequeños buscan socavar el dominio de DJI:
3D Robotics, una startup con sede en California, lanzó el año pasado su dron Solo (por 800 dólares) para aplicaciones comerciales y de consumo. Tiene una gran potencia de cálculo a bordo para ejecutar de forma autónoma maniobras de vuelo complejas. Por ejemplo, los usuarios pueden hacer que el dron ejecute un giro de 360 grados, dé vueltas alrededor de un objeto, o gire hacia atrás y hacia adelante simplemente pulsando un botón del mando a distancia. Sin embargo, no lleva cámara incorporada, aunque en su lugar los usuarios pueden instalar diferentes cámaras compatibles.
Lily, también con sede en California, ganó este año un premio a la innovación del Consumer Electronics Show (CES) por su dron Lily (cuyo precio es de 1.000 dólares). La compañía también anunció el mes pasado que tiene 60.000 pedidos para su avión no tripulado, por un importe total de 34 millones de dólares. El pequeño dron hace vídeos de forma autónoma, mientras se mueve alrededor del usuario con un pequeño dispositivo de localización.
Yuneec ofrece una serie de drones de alta gama que compiten con la serie Phantom 3 de DJI. El fabricante de Hong Kong está haciendo un gran esfuerzo para añadir más capacidad de autonomía de vuelo a sus aviones no tripulados. Por ejemplo, anunció en el CES que el modelo Typhoon H de la compañía (cuyo precio es de 1.700 dólares) contará con la tecnología Realsense de Intel para evitar obstáculos. Además, la compañía anunció que iba a ser el primer fabricante de aviones no tripulados en instalar los nuevos chips de vuelo Snapdragon de Qualcomm. Los chips ofrecen un soporte a la navegación autónoma y detección de obstáculos que ayudan a la autonomía del vuelo.
Parrot, startup con sede en Francia, se ha especializado en aviones no tripulados de bajo coste para los aficionados y principiantes. Loro tiene varios drones de juguete que no llevan cámara, y también lanzó el Bebop 2 (a 550 dólares) a finales del año pasado, una nueva versión de su dron con cámara ligera. También dio a conocer el dron Disco de ala fija en el CES de este año, que puede despegar con sólo lanzarlo al aire y aterriza por sí mismo en el suelo, por lo que es fácil para los principiantes.
Las cámaras de acción de GoPro son uno de los modelos de cámaras más populares instalados en los drones 3D Robotics. GoPro planea lanzar su propio avión no tripulado, Karma a finales de 2016. GoPro ha publicado muy pocos detalles sobre el nuevo modelo, pero es probable que ofrezca 4K de captura de vídeo como muchos de los drones de sus competidores. También podría tener la capacidad de grabar vídeos de 360 grados, lo que le diferenciaría de sus competidores. El reconocimiento del nombre de GoPro probablemente ayudará a la compañía a obtener rápidamente un hueco en el mercado de drones de consumo.
Todos los modelos tienen la capacidad de capturar vídeos y fotografías aéreas, a diferencia de los drones de juguete más pequeños que sólo pueden volar. Eso los hace muy populares tanto para aplicaciones de consumo, como drones de empresa para video vigilancia.
Y no hay que olvidar que hoy en día existe una superposición entre los mercados de drones comerciales y de consumidores. Por ejemplo, los drones Phantom 3 de DJI son populares entre los fotógrafos profesionales y entre los consumidores que hacen vídeos y fotografías personales.
En 2014, según ABI Research, los modelos de drones de fotografía representan casi el 70% del mercado de aviones no tripulados de los consumidores. Este mercado ha despertado el interés de Intel y Qualcomm – dos de los mayores fabricantes de chips de la industria de alta tecnología.
Ambas empresas ofrecen componentes de hardware y software para los drones, incluidos los chips informáticos diseñados para ayudar a procesar imágenes. También proporcionan cámaras, como las Realsense de Intel, que son capaces de escanear el entorno de un dron en segundos para ayudarle a evitar los obstáculos.
Parece claro que comienza una etapa dorada protagonizada por los drones.
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